'MasterChef 12' expulsó por una mala tarta de Santiago y sorprendió al entregar el delantal inédito más deseado

Maicol y Ramón, en 'MasterChef 12'

Paula Hergar

La tercera gala de MasterChef 12 despidió a Ramón, el educador social que agradeció la oportunidad que siempre había soñado. Una despedida causada por una prueba de batallas en la que no acabó de convencer.

Además, los aspirantes cocinaron con alimentos gigantes y en los exteriores rindieron homenaje a las víctimas de los atentados del 11M en Madrid, con el que definieron como “el servicio más importante de nuestra historia”.

Pero lo que más llamó la atención de la noche fue la entrega de un delantal inédito hasta la fecha: el de la segunda oportunidad. Se lo dieron a Samya, sin que lo supiera el resto de compañeros.

Primera prueba con un privilegio inédito para Samya

Los aspirantes encontraron alimentos habituales de nuestra cocina, pero con algo en común: su extraordinario tamaño. El primer reto consistió en cocinar un plato con dos de esos ingredientes: Alberto escogió los huevos y el bogavante, Pulga escogió a Loreto (MasterChef Junior) y más huevos, Ángel optó por la calabaza y la cebolla, Celeste se decantó por el chuletón y la patata, Gonzalo señaló el bogavante y el congrio y... así el resto.

Pasado el tiempo de cocinado, empezó la cata. Pulga y su pequeña ayudante fueron los primeros en entregar un huevo poché “muy bueno”, Pilar hizo un guiso “muy trabajado y con buena intención”, María demostró un dominio de la técnica “maravillosa” y Samya logró un buen plato con una col y una patata.

Pero lo peor de la prueba es que la mayoría fallaron: Jose hizo un plato “sin lógica”, Gonzalo presentó unos espárragos sin sentido, Maicol entregó unas costillas deconstruidas “con un sabor terrorífico”, Choco hizo unas pera al vino “inconexas”, David intentó hacer patas de cangrejo pero no lo logró, a Ángela le quedaron los ñoquis “como una piedra”, Tamara maceró un solomillo “seco, Alberto hizo saltar a los jueces con un bogavante extremadamente picante y Ramón elaboró unas empanadillas de amasijos crudos,

Aunque fue Celeste la que provocó la mayor decepción tras limitarse a hacer un chuletón con patatas :“No tienes vergüenza ninguna. No hay nada peor que hacer un plato sencillo y meter la pata”, lamentó Jordi.

Con todo ello, los mejores fueron Pulga, Pilar, María y Samya. Esta última fue escogida como la mejor y tuvo el privilegio de descubrir algo inédito, “el delantal de la segunda oportunidad”: el día que eres eliminada abandonarás el programa pero podrás volver una semana después como concursante de pleno derecho.

La prueba de exteriores más emotiva del talent

Los aspirantes y el equipo del programa se sumaron a los actos de tributo de los atentados terroristas del 11 de marzo y se desplazaron al monumento en memoria de las víctimas del atentado en el Parque del Retiro.

Por ello, esta se convirtió en la prueba de exterior más importante de la historia del talent culinario. Para ello se dividieron en dos equipos: el rojo liderado por María que se rodeó de Alberto, Pilar, Celeste, Gonzalo, Maicol y Ángela; y el azul capitaneado por Samya junto a Choco, Alberto, Pulga, Tamara, Jose y David.

Todos ellos cocinaron para 170 comensales que acudieron al sentido homenaje en el que se encontraron víctimas e incluso policías, bomberos y sanitarios que acudieron aquella fatídica jornada.

Tras servir todos los platos llegó el momento de la valoración. Los jueces criticaron las formas de dirigir de Samya por hablar mal a su equipo y se quejaron del trabajo del resto de compañeros. De la banda de María también hubo quejas. Por lo que señalaron a los peores de cada cocina: Samya, Jose, Tamara, Ramón, María, Maicol y Pilar. Todos ellos fueron a eliminación.

Prueba de eliminación con un nuevo expulsado

Samya, Jose, Tamara, David, Ramón, María, Maicol y Pilar entraron a cocinas para enfrentarse a una prueba muy exigente: las batallas del convento, dedicada a la pastelería conventual y monástica. Pero Tamara se salvó a ella misma y subió a la galería.

El jurado preparó tres batallas y en la primera tuvieron que elaborar yemas de Santa Teresa en 40 minutos. Las de María estuvieron “casi perfectas” y Jose tenía “pocos defectos” por lo que se salvaron.

Los demás se enfrentaron al siguiente reto: preparar bollitos de Santa Inés en 35 minutos. David y Samya fueron los mejores de la prueba, por lo que subieron al balcón.

Los que no aprobaron se vieron las caras en una última batalla que consistió en elaborar una tarta de Santiago en 50 minutos. Pilar convenció con su tarta, por lo que se salvó de forma directa.

Maicol y Ramón se jugaron la eliminación: “El aspirante que debe abandonar las cocinas es Ramón”, sentenció Pepe por haber presentado una elaboración mucho menos correcta.

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